Azul y Oro

Llegamos a un lugar extraño. Caí de golpe a un lugar colorido. De dos colores. Azul y amarillo. Como los de mi planeta, es por eso que los reconocí enseguida. Lleno de seres eufóricos y efusivos que se encontraban compenetrados en un terreno verde, con un círculo blanco en el medio. Algunos de pie y todos cantando. Con luces que alumbran una aurora que emana felicidad, llanto. Tiembla. Vibra. Late. Parece un corazón que se acelera y acelera. Como el mío en ese momento. Es una caja de bombones que envuelve una masa de gente. Emociona y comprime como una taza y libera energía como si fuese una perdiz en su hábitat.

Líneas complicadas. Altos y bajos con escalones que redireccionan un lugar. Siempre el mismo. El centro de pasto verde con pocas personas alrededor pero muchísimas que veían a estas personas. Eran tantas que no las podía contar. Parecía que había magia con tantas luces, puertas, alambrados y butacas. Cuadrados dentro de más cuadrados. Colores y besos que invocan cariño, inundan el espacio físico. Pero, ¿qué es esto? ¿Cuál es la ocasión? ¿Por qué hay personas en el pasto verde moviéndose y persiguiendo un objeto redondo? Como ese alimento redondo naranja que consumen los humanos. Se pelean, hay patadas, puñetazos por ella, como si fuese una guerra aunque se aplaude y festeja.

¿Es de dia o de noche? ¿Qué es el día? ¿Qué es la noche? Me cuesta diferenciarlas porque en el lugar donde yo provengo hay un cielo de dos colores. Blanco y negro.

Veo dos cuadrados cortados a la mitad y una persona en cada uno. Carteles, telones de colores con escrituras, polvo de color amarillo y azul con humo que sale de este. Luces disparadas formando un dibujo en el cielo llenan de ruidos todo el radio. Un túnel un pasillo encerrado con algo blanco y paredes de cristal entre la gente adornan la zona. Con metales dorados que hacen ruido cuando los golpean con un palo o entre sí. No es como mi planeta donde la música cambia dependiendo de mi humor y es una variable constante. Acá aumenta la alegría y consecuentemente la música aumenta su volumen y la locura.

Recorriendo más el lugar veo muchos cristales cuadrados completamente llenos de figuras de metal brillosas. Como si fuesen esculturas y la gente alrededor de estas parece que se muere por tenerlas en la mano. Y en el camino me cruzo con un señor con una montura cuadrada alrededor de sus ojos y pelo canoso hablando con dos hombres vestidos con esos colores y dos números distintos. Uno rubio y con el número nueve en la espalda. El otro de sonrisa contagiosa y con un diez en el pantalón.

Un hombre petiso y con estupefacientes encima grita desde un balcón “Boca sos el beso de mi mamá”. Otro subido a una especie de pared con agujeros salta a este para gritar con esos seres humanos. De repente, estos mortales que se encontraban de forma estratégica en el cuadrado de pelitos verdes dan una vuelta alrededor de este y las personas se conmueven cada vez más. El sonido se intensifica y no entiendo qué es lo que pasa. Vi estas estructuras de lejos pero nunca supe que eran. ¿Porqué hay un lugar completamente lleno a veces y otras completamente vacío y sin un alma ni una gota de vida humana?

Fue una sensación muy linda pero no sé cómo explicarlo, no entiendo qué es lo que pasa ni porqué hay lágrimas y felicidad. Música, instrumentos, ruidos. Es como otro planeta dentro de otro completamente distinto al mío pero con destellos conocidos.

-Estarán bien? ¿Estarán mal? ¿Qué pasará? ¿Qué pensas que pasaba en esa situación?

- A lo mejor fue todo un sueño.

- Tal vez, pero no quería despertar.