Breve Historia del Automovilismo Argentino.

Juan Manuel Fangio, 5 veces campeón de la Formula 1 (1951,1954,1955,1956 y 1957), se adueñó prácticamente de la década del 50. Actualmente sólo es superado por Lewis Hamilton, actual piloto de Mercedes-Petronas (2008, 2014, 2015, 2017, 2018, 2019, 2020) y Michael Schumacher (1994, 1995, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004), ambos con 7 títulos mundiales. Siendo Fangio, el campeón más longevo de la historia (con 46 años en 1957) fue, es y será “la síntesis casi perfecta” de la historia del automovilismo argentino del siglo XX, ya que principalmente, el automovilismo era una expresión máxima de la modernidad, y Fangio representaba aquella destreza individual que tanto lo caracterizaba. Bajo los lineamientos de Archetti, el deporte en cuestión demostraba que el país podía mostrarse con orgullo en el exterior, por eso se menciona el intento fallido de realizar un GP desde Buenos Aires a Nueva York que jamás se concretó por motivos bélicos y por dificultades en materia de recursos. Dado que los coches argentinos eran percibidos como los colonizadores de América, por su superioridad tecnológica, tanto Gálvez como Fangio (y los constructores como Berta, Pagani y Garibaldi) habían demostrado su coraje con el poderío deportivo que incluso sigue vigente su presencia hasta hoy en día en materia de historia del deporte argentino.

Sus orígenes también ayudaron a su construcción como la síntesis casi perfecta, oriundo de Balcarce (1911) e hijo de padres italianos que trabajaban en el campo de la agricultura, comenzó a trabajar en un taller metalúrgico a los 11 años lo que forjo su relación con los autos desde chico, pasando por la mecánica y la herrería, en el taller de Viggiano adquirió sus conocimientos y oficio que más adelante lo llevaron a ser el ídolo más grande del automovilismo argentina y previo a Hamilton y Schumacher, del mundo. El servicio militar forjo su carácter y su debut como piloto (1936) en un taxi modificado, genera un efecto místico a su figura. Su esfuerzo, circunstancias históricas, del apoyo local y político, del fomento del ACA y sufrimiento impresionaba porque tenía una idea fija de ganar, incluso a raíz de su consagración europea, considera como un hito homérico prácticamente, derrotando a las mejores escuderías. El gran éxito automovilístico significo muchísimo no solo a nivel deportivo sino socio-político y económico, ubicaba a la Argentina en el mundo y haciendo de Fangio, un héroe que ascendió socialmente de forma casi exponencial, expresando ideales de movilidad social igualdad de oportunidades e integración social, fue el producto de un pueblo pampeano de inmigrantes que fascinaba.

Luis Elias Sojit, el denominado por muchos como el inventor del automovilismo deportivo durante la década del 30, explicaba que el automovilismo y la aviación consolidaron la estrategia de localización de los eventos populares en los espacios dominantes del país, siendo el polo el foco de la aristocracia por la necesidad de la presencia holgada de un capital económico que pueda financiar la actividad. Al ser una puja de poderes y réditos económicos, este deporte es mucho más de lo que vemos en la pista, se necesitan capital académico, piezas, infraestructura, mano de obra, entre otras, que era proporcionada por este sector. Con el correr del tiempo, en las pistas de barro, algunos pueblos se dedicaban a financiar a sus corredores locales (automovilismo chacarero). En suma, nuestro país exporta una imagen o varias, de la identidad nacional que se construye con la historia, el contexto y las condiciones, así como el capital económico que la financia. La diversidad individual y colectiva de nuestros atletas, proporciona riqueza en las prácticas deportivas. Los orígenes del automovilismo comenzaron siendo aristocráticos, sin embargo, la figura de Fangio mitificó y expresó un automovilismo chacarero, tornándolo casi multiclasista para lxs consumidores.

Con la aparición de los hermanos Emiliozzi, dominaron los 60 que tanto sufrían la abstinencia de Fangio, ganando diez carreras en 1963 y en conjunto a esto el automovilismo argentino se insularizó y sólo excepcionalmente participó con éxito en el mundo por la proliferación de categorías y fabricas locales que buscaban su expansión del mercado federal. La presencia argentina participó excepcionalmente a nivel global, representados en la figura de la misión del Torino y Reutemann, tornando la abstinencia de Fangio en un vacío irremplazable, con muchísimas limitaciones y sin retorno. Actualmente, Franco Colapinto, el piloto de 19 años de F3, quien recientemente ganó en los circuitos de Monza e Imola podría llegar a integrar la grilla de F2 en los próximos dos años con el fin de llegar a la máxima categoría, en materia de constructores, no hay proyecciones que se conozcan, sin embargo, todas las universidades públicas argentinas de Diseño e Ingeniería preparan los mejores profesionales de Latinoamérica y el mundo, asi que es una cuestión de tiempo a que aparezcan constructores argentinos o incluso escuderías provenientes de nuestro país, aunque sea insostenible económicamente.