El fútbol industrializado como producto
En el siguiente escrito abocaré mi mirada a una temática en particular, el deporte como una industria. El sustento bibliográfico será explayado por lxs siguientes autores/autoras: Foucault, Bourdieu, Nora Rabotnikof y Jorge Huergo
En el mundo actual, el deporte se ha convertido en una parte cada vez más importante de nuestra vida diaria. Los programas de televisión se centran constantemente en eventos deportivos mundiales y se gastan innumerables dólares (aunque la moneda nacional sea el peso) en entradas y merchandising, lo que permite que los deportes más importantes del mundo tengan un flujo de caja constante.
Esta es una industria verdaderamente global, y los deportes despiertan una profunda pasión entre los espectadores y jugadores de países de todo el mundo. Para una persona, los deportes son un lugar para apostar; para otro, son un modo de recreación personal y fitness, ya sea esquiar, andar en bicicleta, correr o jugar al tenis. Para la gente de negocios, los deportes proporcionan un mercado lucrativo y en continuo crecimiento digno de inmensas inversiones. Para los atletas, los deportes pueden conducir a altos niveles de logros personales, léase los constante incentivos a generar récords, y para los profesionales, los deportes pueden traer fama y fortuna. Para los desarrolladores de instalaciones y los gobiernos locales, los deportes son una forma de generar ingresos de turistas y fanáticos locales. Estos entes gubernamentales realizan grandes inversiones en infraestructura urbana como también gastos en adaptaciones tecnológicas, con el fin de transformar a la ciudad. De manera que quede apta para ser anfitriona de un evento deportivo mediante el cual el concepto entretenimiento abarque a diversos rangos etarios.
Cabe destacar que los intereses y utilidades que conlleve el evento será el resultado que obtenga el gobierno.
Los deportes están profundamente arraigados en la educación, desde el nivel primario hasta el universitario. Quizás no podamos afirmar con confianza que los deportes enriquecen la vida de todos nosotros, pero sin duda entretienen a una gran parte de la población mundial.
Además del impacto económico, el efecto individual más grande que crean los deportes es el de agarre y entretenimiento: cientos de millones de fanáticos en todo el mundo siguen los deportes a diario, ya sea por radio, televisión, publicaciones impresas, en línea o en persona, como espectadores o participantes.
Particularmente, delinearé algunas líneas tanto al fútbol como una industria del entretenimiento. Aunque entendamos que todos los deportes lo son, esta disciplina es la que mejor ilustra la temática. Pasando por los E- Sports (y consigo el concepto de hegemonía visto en clase) hasta la Liga Profesional de Fútbol Masculino de Primera División, sintetizamos de manera no tan exhaustiva.
En este trabajo, analizando al deporte como industria del entretenimiento, hemos tomado el caso particular de la Liga Profesional Argentina de Fútbol, recientemente creada con apuro para la obtención de ingresos. El fútbol involucra a todo el sector de las telecomunicaciones en el país, y junto con un tratamiento de sus estrategias empresariales por parte de los dueños de los derechos del mismo, nos lleva a analizar una serie de puntos que tienen relación con los autores estudiados en la cursada. La vinculación de una práctica cultural como el fútbol, asociada a la lógica comercial impuesta por la televisión y sus reglas internas; un monopolio que tiene el control del deporte más popular del país, con una clara ausencia del Estado, girando en torno a lo privado desde el 2016.
El panorama del fútbol argentino va camino hacia otro eslabón en la transformación de estas prácticas culturales de masas en espacios privados que aceleren aún más los procesos de concentración económica en el país. Los 1000 millones de dólares que se calcula que el fútbol argentino genera por año constituyen un negocio sumamente atractivo. Los sectores hegemónicos en Argentina están plenamente acostumbrados a imponer sus intereses sectoriales. Este último tiempo hubo un consenso, en parte generado por el estado y en otra medida generado por los medios de comunicación mediante operaciones, que les permitió a los sectores privados imponerse y hacer un fútbol menos visible, más cerrado, lejos de ser manifiesto y claramente con intereses particulares.
La AFA es un cartel industrial de larga data que vende un producto muy popular con solo sustitutos imperfectos. A pesar de eso, la mayoría de sus clubes miembros pierden dinero y la industria se ha enfrentado a sucesivas crisis financieras durante la última década. Este ensayo desarrolla un modelo empírico del desempeño financiero de los clubes de la Liga Argentina. El modelo subyacente explica cómo se compiten las rentas a través del comportamiento maximizador de los propietarios de clubes sujetos a restricciones de producción. Este modelo está parametrizado por un sistema de ecuaciones que describen el comportamiento de un propietario maximizador sujeto a restricciones de demanda y producción. Luego, el modelo se utiliza para examinar la falta de coordinación que se encuentra en el corazón del declive de la Liga de Fútbol Argentina y para evaluar las perspectivas para la nueva liga.
En materia de deportes electrónicos, por definición se puede decir que son campeonatos de videojuegos (con vertientes online y presencial) en los que jugadores profesionales compiten por premios económicos y prestigio. Existe una noción o una postura sobre si realmente es o no un deporte. Sin embargo, los deportes electrónicos existen desde hace muchos años, pero es en la actualidad cuando están viviendo su mejor momento en términos de notoriedad, inversión y seguidores, gracias también a la expansión de internet y las nuevas tecnologías y plataformas. Lo que en un principio eran torneos minoritarios o locales, en los últimos tiempos se ha convertido en un fenómeno en el que no solo los jugadores profesionales están implicados, sino también los millones de fanáticos de los videojuegos y la competición que lo siguen desde sus casas o llenan estadios de todo el mundo, desde Buenos Aires hasta Berlín, pasando por Nueva York o Madrid. Siendo estas ciudades los escenarios de las grandes competiciones electrónicas.
Al tratar una problemática de esta índole, creemos relevante abordarla desde la perspectiva del concepto de hegemonía.
Con el inicio de una nueva etapa y consigo una nueva liga, el fútbol argentino catalogó como producto al nuevo campeonato, lo que nos hace replantearnos el punto nodal del trabajo, el deporte, siendo el fútbol el eje de nuestro análisis, es realmente un producto del entretenimiento?
El modelo que impulsa la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) en conjunto con el órgano interno Liga Profesional de Fútbol, tiene por objeto la formación del conformismo cultural en las masas, una serie de actitudes, comportamientos, valores y pensamientos que permiten a una clase ejercer su supremacía y articular, para los fines de su dominio, los intereses y las culturas de otro grupo social. Es decir, somos un pueblo netamente futbolero, que necesita del fútbol como valor de vida. De esta manera, los individuos articulan entre sí en base al campeonato. Se pone en juego distintas opiniones, pensamientos, culturas sobre un mismo tema. Se arma un debate, que muchas veces trasciende a hechos violentos e irracionales. Pero sin embargo, el estado junto a la AFA, disponen de este entretenimiento, ya que descomprime su accionar. Es decir, se le presta mayor atención a hechos futbolísticos y lúdicos que a políticas de estado. En cierto punto, a estos entes gubernamentales le conviene y realizan a propósito el desarrollo de un certamen. Sin ir más lejos, durante la pandemia, el tiempo que transcurrió sin fútbol como entretenimiento, las críticas y miradas hacia el gobierno son más directas. Una vez que la pelota comienza a rodar, la sociedad se olvida de los problemas existenciales y dedica su tiempo y espacio a articular con el producto fútbol-entretenimiento.
El hecho de que el fútbol es un concepto popular, genera identidad y pertenencia que se transmite de generación en generación. En suma, lo popular siempre está en proceso de conformación y de transformación, visible a través de los usos de las relaciones que la “cultura popular” establece con otras culturas. Es decir, el fútbol como entretenimiento conlleva varias aristas más allá de la distracción que genera el encuentro. Los hinchas y simpatizantes, destinan tiempo a compartir con sus pares que coinciden en factores emocionales y prácticas hegemónicas, como el asado del domingo, el chori de la cancha, la previa en las inmediaciones del estadio, los cánticos en comunidad, etc.
A su vez, este conjunto de elementos evidencia cierta apropiación mutua de símbolos, signos y significados. Estas equivalencias van configurando estatus que se comienzan tomar como naturales. En este sentido, para el significado del fútbol se puede abarcar los significantes entretenimiento, recreación, diversión, pasión, negocio, amistad, amor, odio, etc.
La dominación, en fin, en términos de hegemonía, no actúa por la fuerza, sino a través del consenso, de la legitimidad y del conformismo. Es decir, un producto lanzado por sectores dominantes y poderosos, repercuten en la sociedad que las siente como si fueran propias. Uno se siente parte del espectáculo deportivo, interactúa con el otro, toma decisiones, juzga, aprueba, desaprueba, difunde, repudia en base a las acciones dentro de un juego.
Puntos nodales en base al deporte como entretenimiento: Negocio de los sectores dominantes. Transformación de un sistema de juego. Evolución tecnológica. Recreación sana y participativa. Etc.
Rabotnikof nos propuso en su obra diversos estándares tradicionales: Primero, el colectivo (involucrando a la comunidad-cosas comunes a todos) y el individual (refiriéndose a personas con intereses especiales). En este sentido, "público" es el terreno de la "política". En segundo lugar, la visibilidad (es decir, lo que es obvio y tangible, se puede ver a simple vista) y el ocultamiento (lo secreto, lo que entraña misterio bajo mi interpretación) En tercer lugar, apertura (se puede acceder a cualquier cosa, abierta a todos) y cerrada (privada, apartarse de la disposición de los demás). Según el proceso histórico, la expresión de estos tres estándares básicos es diferente. La autora propone cuatro contextos de discusión o campos problemáticos, en los que se distingue lo público de lo privado, siendo estos los conceptos y palabras claves en el escrito. En el primer contexto de discusión, lo público alude al "sector público". Es decir al Estado (administración, gobierno y agencias estatales), se refiere concretamente a la política estatal, por ende a la creación de un certamen completamente nuevo que se interpone como una industria del entretenimiento en nuestro país.
El habitus es un conjunto de esquemas simbólicos construidos desde nuestra experiencia como sujetos, desde nuestra ubicación en el espacio social ampliado. Es la clase social incorporada, hecha cuerpo, bajo nuestra interpretación puede asemejarse al lugar “físico” (porque puede usarse este concepto en términos filosóficos como lo he usado en otro momento) que ocupa en nuestra sociedad, donde se ejerce violencia, sistemática o no (como es en el caso de Mauro Viale) y hay una lucha por la supervivencia, una lucha de clases, en términos marxistas. Por eso, si bien los sujetos ubicados en la misma sociedad tienden a compartir el habitus, no todas las personas tienen el mismo. La sociedad se compone de una multiplicidad de habitus, es variado y complejo bajo nuestro parecer pero interesante para analizar, por eso se relaciona con la cuestión de campo y capital que delineare más adelante. Puede haber zonas de identificación, de coincidencia pero el habitus estará signado por la historia particular y el contexto. Se presenta como un inter juego entre estructuras estructuradas y estructurantes. Refiriéndonos a que el habitus es una estructura estructurada apunta a que está socialmente constituido. Es decir, supone la incorporación de una estructura social. A su vez, es estructurante porque está abierto a la incidencia de las subjetividades. En pocas palabras, los sujetos en tanto agentes sociales constituyen lo social, lo cambian, lo modifican, hay una praxis constante –opinión propia-.Limita cualquier posibilidad de acción y pensamiento, aunque no las determina rígidamente. Sincrónicamente, -también lejos de la percepción- es factible de contingencias
El campo es un sistema de posiciones sociales, jerarquizado y estructurado internamente en las relaciones de poder. Como espacio social de disputa por cierto tipo de capital, que puede ser simbólico, cultural, económico, social. Pueden darse de diversas formas, pueden ser múltiples, coexistir, validarse temporalmente o perder vigencia o estar integrados por subcapas específicas. Disputa un sentido. El ejemplo más palpable de todos son los ‘’mass media’’ o las redes sociales que tanto habituamos pero son ínfimos los ejemplos de campo.
Por otra parte, el capital es el objeto de disputa que, de acuerdo a la acumulación que cada sujeto pueda hacer, que determina la posición dentro de cada campo –por eso mencioné a Marx previamente, creemos que ejemplifica perfecto varios temas (no nos auto percibo marxista, sólo me parece una mente brillante en muchos aspectos y en otros no tanto)
De forma resumida, Pierre Bourdieu propone pensar cómo el dominado es parte de los dispositivos de dominación simbólica. El habitus es la clase social incorporada, hecha cuerpo. Por eso, si bien los sujetos ubicados en la misma sociedad tienden a compartir el habitus, no todas las personas tienen el mismo. La sociedad se compone de una multiplicidad de habitus. Puede haber zonas de identificación, de coincidencia pero siempre estará signado por la historia particular y el contexto (también planteado por Thomas Kuhn). Traído a la realidad de nuestro tema a tratar, definitivamente los consumidores somos integrantes del habitus que se conforma en este nuevo torneo. El consumidor es el dominado y el dominante el dueño del torneo que ejerce una relación arbitraria entre ambas partes.
En suma, el ejercicio del poder implica a la violencia y consenso. Hablamos, en este sentido, de "conducir conductas" y arreglar probabilidades. Nuevamente, una relación entre el dominado y el dominante en su lucha por intereses. En este marco, la violencia y la vinculación voluntaria (consenso) se presentan como instrumentos del poder, en los modos de acción singular del gobierno.
En palabras de Bourdieu los “Instrumentos de conocimiento y de comunicación, los “sistemas simbólicos” no pueden ejercer un poder estructurante sino porque son estructurados. El poder simbólico es un poder de construcción de la realidad que tiende a establecer un orden gnoseológico: el sentido inmediato del mundo (y, en particular, del mundo social) supone lo que Durkheim llama el conformismo lógico, es decir “una concepción homogénea del tiempo, del espacio, del número, de la causa, que hace posible el acuerdo entre las inteligencias”.
En relación a lo que nos compete, la construcción de la realidad en la industria del entretenimiento deportivo, es la sumisión de unos sobre otros a causa de intereses con fines de lucro. Se construye el poder simbólico en base al conformismo del fiel consumidor que hace posible que un torneo tan desorganizado se lleve a cabo.
Citando al gran Pierre Bourdieu “La clase dominante es el lugar de las luchas por la jerarquía de los principios de jerarquización: las fracciones dominantes, cuyo poder descanso sobre el poder económico, apuntan a imponer la legitimidad de su dominación, ya sea por su propia producción simbólica, ya seas por la intermediación de las ideologías conservadoras que no sirven verdaderamente jamás a los intereses de los dominantes sino por añadidura y que amenazan siempre desviar a su beneficio el poder de definición del mundo social que detienen por delegación; la fracción dominada (clérigos o “intelectuales” y “artistas”, según la época) tienden siempre a ubicar el capital específico, al cual debe su posición, en la cima de la jerarquía de los principios de jerarquización.”[1] Definitivamente la clase dominante en este caso es la AFA quien ubica sus intereses y capitales específicos en una copa jerarquizada por el poder de algunos.
Los cimientos de nuestra sociedad (no sólo la argentina), recaen en la idea de un círculo vicioso escalonado, en el que la persona con capital invade y priva en muchos casos, las libertades de otrx. Generando desigualdad y evitando una coexistencia plena y libre de los distintos habitus y campos simbólicos. Remarcamos y hacemos énfasis en esto porque creemos que se está perdiendo parte de lo que es nuestro fútbol por intereses contrapuestos basados en una relación arbitraria que priva a muchxs de ver al club de sus amores por televisión, ya que sólo se puede acceder por tv prepaga.
Siguiendo con el análisis nos parece relevante resaltar las cuestiones básicas que plantea el autor, de forma de sumario. Principalmente conceptualiza la idea primordial (la palabra clave añado) de hegemonía y su vinculación con la comunicación. Plantea e historiza un recorrido histórico y sus procesos de formación discursiva así como también su relación con la hegemonía desde Laclaus. Sin más preámbulos comienzo a desarrollar la idea general, según Jorge Huergo, “El término hegemonía es muy antiguo; ya los griegos, muchos años antes de Cristo, lo utilizaban. Para ellos, la hegemonía significaba conducción o dirección de otros, o el poderío y la preponderancia para gobernar un grupo o una sociedad. (Huergo)”. [1]Teniendo en cuenta que hace un paneo histórico de las décadas del 60,70 y 80, también toma elementos de otras fuentes interdisciplinarias y referentes de estas (como cité previamente y lo haré en el siguiente fragmento). Toma las definiciones de Gramsci, quien equipara la hegemonía con dominio, destacando el carácter coactivo del mismo, la fuerza ejercida por los poderosos sobre los subordinados, la sumisión política en lugar del consenso cultural –añado el concepto de lucha de clases en Marx como interpretación propia en relación al poderío- y de Bobbio quien se refiere a la capacidad de dirección intelectual, moral y cultural en virtud de la cual una clase dominante (o aspirante al dominio) logra acreditarse como legítima, alcanzando consenso como clase dirigente.
Sin lugar a dudas es la conceptualización de Gramsci la que resume de manera impecable el desarrollo de esta idea. Entendiéndose como por objeto la formación del conformismo cultural en las masas: una serie de actitudes, de comportamientos, de valores y de pensamientos que permiten a una clase ejercer su supremacía y articular, para los fines de su dominio, los intereses y las culturas de otros grupos sociales.
Sin embargo destacamos la definición de hegemonía que es la siguiente “La hegemonía, en definitiva, es la dimensión de la comunicación en la cual se juega el conformismo o la resistencia; donde se juega la posibilidad de ser más libres, más autónomos y más humanos; donde se juega la posibilidad de luchar por una sociedad y por unas condiciones de vida más justas, que superen los mandatos, las prescripciones y las interpelaciones dominantes.” (Huergo)
Para entender el porqué de la hegemonía, se debe entender a las prácticas articulatorias. Citando a Huergo nuevamente, “La articulación significa que dos elementos (dos identidades, dos culturas) se ponen en relación, y al relacionarse cada una contribuye a la formación de una situación cultural diferente a ambas, que sin embargo no anula a ninguno de los dos elementos.” (Laclau).
Hablar de hegemonía no es imposición, hay imposición en situaciones de violencia. Ese es el concepto clave. En pocas palabras, el objeto de la hegemonía es el conformismo de las masas en su máxima expresión. Logra que los dominados defiendan el interés de clases dominantes, a través de prácticas articulatorias.
Algunos sentidos sobrepasan y se consolidan sobre otros lo cual permite que se consolide un orden natural, son cadenas de equivalencia discursivas que solidifican lo naturalmente discursivo. Sin representación no podemos construir la realidad y lo social, son necesarias como limitantes del campo de la contingencia.
La hegemonía se “rompe” cuando este orden natural creado por el interés de grandes poderíos sociales y económicos, se deja de lado y se instaura una idea nueva de realidad. De significado y significante en palabras de Saussure. Sin embargo, causa el llamado “PÁNICO MORAL” en estos sentidos polisémicos en disputa. Por ende nosotrxs nos preguntamos, ¿Los e-sports, son deportes? ¿Por qué existe una discusión sobre si lo son o no? creemos fielmente que sí, lo son. Pero que en generaciones mayores pueden generar este pánico moral del que hablamos a raíz, precisamente, de esta discusión.
Nuestra sociedad argentina (así como todas) es una configuración de discursos. Toda práctica social es discursiva, el lenguaje expresa e interpreta, construye un lenguaje y un sentido. Crean órdenes de formaciones hegemónicas trabajadas en dos sentidos, que indirecta o directamente mencioné previamente: la creación de un imaginario de orden por interés de clase dominante de forma natural y la producción de equivalencias discursivas.
Los medios establecen un papel fundamental en la difusión y promoción de un nuevo certamen deportivo como entretenimiento. Ya que son actores principales que alcanzan a grandes masas. Los medios ocupan un lugar privilegiado en la construcción del sentido social porque son empresas que tiene como objetivo principal producir sentidos en la sociedad. A través de mecanismos de focalización, deshistorización y rehistorizacion. De manera sintética, los medios construyen lo que se llama la información sobre la realidad.
En relación a su articulación con las competencias que se convirtieron en entretenimiento. Se puede vislumbrar, cómo inciden en la sociedad para adaptar las nuevas modalidades que estas establecen. Son agentes que de manera directa e indirecta inciden en la población. Ellos disponen e informan sobre el uso horario del encuentro, los sponsors, marketing, estadios modernos, formatos de competencia, etc. También establecen lo bueno y malo de un producto. Según sus prejuicios e intereses. Deja como consecuencia un imaginario en la sociedad.
El ocio está estrictamente relacionado con el fomento del gobierno. En eso coincidimos de forma casi unánime.
Enfocamos una mirada crítica sobre el producto que impulsó la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) mediante su órgano interno Liga Profesional Argentina, creando una Copa que lleva su nombre homónimo. En la misma se observa la forma desprolija, apurada y desorganizada con la que se está llevando a cabo dicho certamen. Pero es algo que la sociedad argentina estaba esperando. Somos un país puramente futbolero y los entes gubernamentales son conscientes de esto. Por eso generan productos a como dé lugar, con el fin de captar la atención de la población y ofrecerles un entretenimiento que con el correr del tiempo irá instalándose en la sociedad y será tema de conversaciones entre los seguidores.
De manera muy general podemos vincular este concepto con los tres sentidos tradicionales adheridos a la distinción público-privado.
-Dimensión colectiva o individual. En este sentido, se toma como público a lo que concierne a la comunidad como sociedad colectiva siendo de interés o utilidad común a todos. Y esto se puede ver cuando el Estado de aprobación para formar la Copa de la Liga Profesional 2020, a nivel nacional. Sin embargo, toma carácter de dimensión individual por ende privado, cuando el uso y visibilización de los diferentes partidos es solo para quienes pueden abonar los canales de tv exclusivos que transmitirán los partidos. Es decir, no se trasmitirá por canales abiertos ni públicos sino por privados los cuales tienen un costo para adquirirlos.
- Visibilidad u Ocultamiento. En sintonía, con el punto anterior toma la misma relevancia en cuanto a lo público como posibilidad de observar los partidos de forma libre y gratuita. Y lo oculto como lo privado, ya que los distintos encuentros futbolísticos serán aptos solo para quienes pertenezcan a un grupo social-económico que pueda abonar para ser espectadores del certamen.
- Apertura y Clausura, de igual forma que los puntos anteriores lejos de considerarse como apertura el formato lanzado por AFA. Se asemeja a lo que es la Clausura ya que es objeto de apropiación particular. Es decir, cada individuo decide si puede y quiere acceder a ver la copa. Al no ser un certamen abierto, distribuido y accesible a todos.
De manera muy esquemática podríamos sintetizar cuatro contextos de discusión o campos problemáticos en los que se pone en juego lo público-privado.
- Entendida como oposición entre estado y mercado. Se identifica al sector privado como modelo de mercado, la propiedad y el interés particular con la intervención “pública” en ámbitos que pueden ser considerados privados se entiende como el alcance posible de la regulación administrativa respaldada por el monopolio de coerción. Entonces, por un lado se encuentra el estado que avala el improvisado formato de competencia y por el otro, las marcas, los medios, clubes como actores principales de los cotejos.
- Participación cívica, se recupera una “esfera de lo público” pensada en términos de ciudadanía y participación, bajo un modelo que parte del estado pero ligado al ámbito privado. Deja como resultado el debate, participación, deliberación, voluntad y opinión colectiva de quienes consumen ese producto. Se reitera nuevamente el carácter futbolero de nuestro país, por ende está en foco de todos y todas. Sin distinción de quienes adquieren el paquete para ver los partidos y quienes acuden a medios secundarios para estar al tanto del asunto y así poder deliberar con sus pares.
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El ámbito privado en el que transcurre dicha competencia es identificado con la necesidad y la dominación de una clase dominante sobre una dominada. El pueblo tomó como natural una necesidad de tener fútbol para satisfacción propia y los diferentes entes ya sean públicos o privados ofrecen el producto demandado. En suma, termina siendo una estrategia satisfactoria para ellos, ya que mantienen dominado a una masa popular y logran que se le preste menos atención a las problemáticas existenciales que acapara al país. Léase económicas, sociales, culturales y políticas.
- La forma por la cual se puede acceder para ser parte como espectador del entretenimiento que dispone ser la Copa Liga Profesional se vincula con la vida en privado ya que transcurre a puertas cerradas. Es una actividad que se suele llevar a cabo dentro de la familia como recreación, ocio y entretenimiento.
“Los "lugares públicos", los espacios públicos urbanos se transforman así en objetos privilegiados de la investigación: espacios físicos de interacción, públicos en tanto plenamente visibles y accesibles. Espacios de sociabilidad, en los que se instauran nuevas distancias y nuevas relaciones. Ámbitos de visibilidad recíproca que configuran conductas públicas, establecen relaciones y también contribuyen a sostener la identidad personal. En lugar de una "esfera pública" donde se procesa la atención, el consenso y la voluntad colectiva (Habermas, 1987), un espacio público caracterizado por la civil inatención (Goffman, 1963)”
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