LA VIOLENCIA TAMBIÉN ES ECONÓMICA

El fútbol femenino necesita una mayor inversión en materia financiera para poder subsisitir. Los sueldos son escasos e insuficientes. La AFA debe dedicar un porcentaje económico más alto respecto a la canasta básica alimentaria. “Los ingresos son tan bajos que no sirven para que una jugadora subsita”, sostiene Silvana Petrucci, adiministradora de empresas en UBA.

Ante estos hechos es importante saber la cantidad de entrenadores hombres que hay y la cantidad de mujeres en el mismo puesto, la respuesta es categórica y lamentablemente no sorprende, en la Primera División del Fútbol Femenino Argentino participan 19 equipos y sólo hay 2 con entrenadoras: Roxana Vallejos, en Rosario Central, y Karina Medrano, en Lanús. Eso es mucho menos que los cuatro que contaban con entrenadoras en 2019, el primer año de profesionalización, y encima ahora hubo dos ascensos más. Cuatro mujeres repartidas en tres equipos ocupan el rol de ayudantes de campo dentro de cuerpos técnicos liderados por varones. A su vez, hay cuatro equipos que directamente no tienen a nadie en el cargo. Esta semana Analía Hirmbruchner, la única mujer dentro de la Selección argentina, renunció a la asistencia técnica por diferencias con Carlos Borrello.

Además, en el fútbol femenino, se fijó un salario mínimo seis veces menor al de los entrenadores de la primera del masculino.

El sueldo promedio de una jugadora de primera división en Argentina hasta el año pasado era de $20.250 brutos (alrededor de 17.000 netos), aunque algunos equipos pueden llegar a pagar hasta $30.000. Estos montos se asemejan a los que reciben los hombres en la Primera B Nacional, la B Metropolitana, el Federal A y la Primera C. Hasta ahora, el fútbol femenino recibe dinero por parte de la AFA con el objetivo de que las instituciones no dejen de apoyar la disciplina. Los equipos luego distribuyen los 162.000 pesos para el contrato de las futbolistas.

Milagros Menéndez, jugadora de Racing y la selección argentina, declaró: "Tengo un contrato hasta junio con una marca deportiva por la que me dieron $150.000 pesos. No me dan plata. Rexona sí me dio plata y productos. También hice una campaña publicitaria para una marca de repelentes de mosquitos por la que cobré cerca de $25.000 pesos"

Tomando en cuenta estas cifras, el fútbol muestra una amplia diferencia de caché entre hombre y mujeres en cuanto a los ingresos generados por publicidades: las mujeres cobran montos 85% inferiores a los hombres.

Con estas cifras sobre la mesa, se ve una clara diferencia dentro y fuera de la cancha, un abismo entre los paupérrimos sueldos del fútbol femenino que recibe en mano menos de 20.000 pesos contra los ostentosos sueldos de los futbolistas hombres de primera división que pueden cobrar hasta medio millón de pesos o más. Esto se llama “feminización de la pobreza”, y también es un abuso, es violencia y es discriminación.