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NO ES UNA CUESTIÓN DE GÉNERO: EFECTOS REALES DE LA SOCIEDAD MACHISTA INMERSA EN LOS MEDIOS DEPORTIVO

Actualmente uno de los problemas más graves en la sociedad contemporánea, es el machismo impregnado en los medios de comunicación deportivos. Así como también los cupos limitados de mujeres en los medios de tal índole. Basado en la siguiente hipótesis: ¿Como está arraigado el machismo en los medios masivos de comunicación?


Solo son 5, las mujeres que se encuentran en las pantallas deportivas en horario primetime. Morena Beltrán, Ángela Lerena, Luciana Rubinska, Alina Moine y Cecilia Bonelli, son las únicas representantes en la televisión argentina que cubren deportes en cadenas de alto nivel. Cada una desde su lugar, ya sea conduciendo, analizando tácticamente o entrevistando en el campo de juego. Sin embargo, es inevitable preguntarse, ¿porque hay tan poca representación femenina en los medios deportivos? ¿Porque hay tantos hombres? ¿Hay una razón de ser?

Algunos conceptos primordiales llevaran a una respuesta a estas incógnitas en este extensivo análisis. Por una parte, la exclusión, la marginación, la estereotipia sexista, así como la poca o vasta calificación de lxs profesionales, conforman gran parte de lo que experimentamos las mujeres en la comunicación de índole deportiva.


En primer lugar, estas nociones se toman como un objeto de reflexión centrada en la crítica de los sesgos de género que afectan al medio en sí. Por lo tanto, revelar las causas de la opresión de las mujeres exponiendo la dinámica de género en la sociedad y produciendo conocimiento, desde nuestro lugar, sirve para superar las desventajas desafortunadas a las que estamos sujetas.

Desde la opresión, se abren distintas puertas a nociones incluso más negativas que esta. Y entre algunas de las cosas que se le "exige a la mujer" que al hombre no, está la belleza.


La marginalización, la cosificación y la estereotipia sexista, por ejemplo, si observamos a los medios de televisión, todos los hombres usan trajes, en su mayoría, mal entallados y que no son en absoluto sentadores. Por otro lado, las mujeres no usan trajes jamás, las faldas y vestidos cortos predominan así como también los tacos y escotes. Entonces, esto invita a pensar, los estilistas y productores, ¿comunican desde la ropa el tipo de programas que van a llevar a cabo? La respuesta es un rotundo si, lamentablemente estas grandes cadenas no se rigen por la igualdad, sino que exhiben al género femenino como una vidriera, como objetos a consumir, porque “es lo que vende”. No hay uniformidad entre sexos.


Por consiguiente, y volcándonos al formato papel, tenemos el ejemplo de Sports Illustrated, una revista de deportes. Famosa por sus portadas con modelos de cierto peso y estatura, siempre llevando su sello personal, en traje de baño, así como con una cierta contextura corporal, esta revista recae en lo mencionado previamente. Los estereotipos sexistas.Si las mujeres también consumimos revistas de deportes, ¿porque no puede existir una versión con hombres en la portada? Se podría armar un artículo entero con la última pregunta, pero no es lo que el feminismo no radical busca, hay que eliminar la cosificación sin importar el género, los seres humanos no son producto del marketing.


Por otro lado, desde la ética profesional, y del conocimiento (la más relevante de todas), se analiza desde la perspectiva laboral. Hablando de labor periodística, se puede decir que no existe mejor analista de futbol en Argentina que Morena Beltrán, sin embargo, recibe críticas por redes sociales reivindicando que su condición de género no le permite opinar sobre su pasión, entre otros insultos. Desde el lado de la conducción, Ángela Lerena, Luciana Rubinska, Alina Moine y Cecilia Bonelli realizan su labor desde lo objetivo al comunicar una noticia, si bien aportan su opinión, no lo hacen desde lo agresivo como es el caso de la mayoría de los hombres en estas cadenas, argumentan desde el conocimiento y están calificadas o en algunos casos, sobre calificadas para el trabajo que hacen.


A diferencia de la cadena rival deportiva, saturada de presencia masculina y con una falta de profesionalismo total en materia de periodismo, ya que reivindican los errores que los comunicadores tienen que evitar, como la falta de investigación previa y obviamente, resaltando el machismo y el sexismo como herramienta fundamental en algunos “profesionales”, es también aplicable a los otros canales. La poca presencia femenina, casi nula, hace que se siga esparciendo la opresión y la marginación al género femenino, asignando roles y dividiendo tareas, algo que no debería seguir pasando en el siglo XXI.

Remontándonos nuevamente a Sports Illustrated, ni una mujer se encuentra trabajando en la revista actualmente, son todos hombres. Lo mismo pasa con Ole.

Desde este discurso feminista no se pide un matriarcado, se critica al patriarcado. No se quiere una versión de Sports Illustrated que siga cosificando, ni a hombres ni a mujeres, se exige igualdad. También se exige que se contraten equitativamente hombres y mujeres teniendo en cuenta su capacidad, no según su género. Se pide evitar el monopolio de hombres que quieren hacer de un espacio el suyo, se pide equidad y solidaridad así como también sororidad. No se busca un liderazgo central femenino ni masculino.


Estos contenidos se tomaron como un objeto de cuestionamiento y reflexión que invitan a una praxis y mayoritariamente, a poder erradicar el machismo y el sexismo, no se pide un matriarcado, recayendo a lo mismo, se exige igualdad.


La censura, la libertad de expresión reprimida en las mujeres del ambiente deportivo, la cosificación, hay una vara que divide a la integridad del show a vender. Y son esas las cosas a cambiar, se debeN desarraigar de los conceptos obsoletos y los supestos roles asignados que son ridículos y que aun generan discriminación y misoginia. Estas actitudes no ayudan a lograr un cambio que ni siquiera debería ser discutido en 2020.

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