Multilingüismo, traducción y reescritura en Vladimir Nabokov
Un político y multilingüe del siglo XX. Escritor y autotraductor en francés, ruso e inglés, famoso por Lolita y The Real Life of Sebastian Knight. Esa pequeña descripción encasilla lo que fue Vladimir Nabokov. Sin embargo mi tesis no radica en realizar un paneo biográfico de su persona, sino a su conexión con lo más canónico de la literatura occidental, su pasaje del ruso al francés y luego al inglés. Es lo que Lefevere (1992) considera como el reescritor original por su constante difusión de lo literario siendo Alice in Wonderland el ejemplo más ilustrativo, es decir, tomo materia literaria común, ya debidamente establecida, recreándose, tanto como traductor, difusor y parodista.
Nabokov planteó que toda biografía, e incluso toda autobiografía, está sometida al formalismo y a la restricción de los modos de la ficción. Al contar una vida, propia o de otro, estamos sometidos a la tramposa memoria, a la edición conveniente, a la glorificación y al perdón, sobre todo de nuestros propios pecados. Al recordar y recordarnos, escogemos y descartamos se mezclan la imaginación, la idealización, y los intereses. En otras palabras,
hacer historia no es más que remitirse a reescribir textos que han existido ya previamente (Allen, 2000). El traductor afirma que existe sin lugar a dudas una (re) construcción biográfica.
Criado en un ambiente aristocrático, aprendió inglés y francés a la par del ruso hasta que abandonó ese estilo de vida tras un exilio en Berlín, lugar donde publicó artículos en ruso bajo el seudónimo de V. Sirin, así alimentó a futuro sus hipertextuales historias, con experiencias de vida en distintos ámbitos. Conoció a su esposa Vera y en 1937 emigró a París por el nazismo y el origen judio de su prometida. Sobreviven ella como traductora y él como profesor de inglés por un tiempo, hasta otro pronto exilio a EEUU donde se consagró como uno de los profesores más influyentes en Cornell y Wesley donde descubrió a John Barth y Thomas Pynchon, jamás retornando a su patria de origen. Nostálgico por tierra y su idioma, abrió paso a su fase inglesa en la cual no sólo se destacó pero también se consagró en su esplendor.
La pregunta radica en el porqué es importante entender el trasfondo contextual y biográfico del traductor. Fácil, el contexto lo es todo. Cada frase traducida y/o escrita por Nabokov se ve reflejada en vivencias propias del mismo. Existe un viaje entre lo literario y lo real, ese peregrinaje estuvo presente en la ficción nabokoviana gracias a personajes que viajan constantemente, habitantes de hoteles y de otros espacios igualmente cerrados, aunque eso sí, también innegablemente escabrosos como la cárcel o el hospital psiquiátrico. Manifiesta su vida a través de la escritura y traducción de forma directa o indirecta, implícita o explícita dependiendo del escrito.
Siempre hay una doble presencia en sus trabajos por este multilingüismo como vehículos de su escritura. Nabokov siempre consideró el inglés como un artefacto de segundo orden, como un idioma inalcanzable, no logrando expresar a través de este todo lo que deseaba, incluso daba entrevistas por escrito debido a que no sentía que se expresaba correctamente de forma oral, sin embargo fue el idioma que le dio una audiencia internacional. Su reescritura le dio una simbolización con su labor traductora admitiendo que la traducción es tan, o más difícil, que la creación misma, para Nabokov no fue solamente un ejercicio estilístico, sino que también de ahí tomó ideas e influencias, como los manuales de francés en USA.
El ejercicio de Nabokov como traductor y difusor de la literatura lo relaciona con la más evidente y potente forma de reescritura, y que según los planteamientos de Gerard Genette (1989) se conoce como hipertextualidad. Esta es entendida por Genette como todo texto B –o hipertexto– que es producto de la recreación, reescritura o alusión de un texto anterior A –o hipotexto. Por ende estas hipertextualidades dan como origen la política de tal traductor y autor ruso analizado.
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